Al Copito
A los colores del arcoíris no les hace falta explicar su belleza,
su milagro se expresa después de la
tormenta.
(Cap.: 1 de que están hechos los hombres)
Parla La Nona
parecen inútiles formas decorativas que embellecen en el
horizonte a la vista,
¿qué tonto individuo creería que son solo eso?,
cuánto tiempo se tarda para llegar entero a conocer lo verdadero,
que son solo mis ojos quien descubre el mundo entero.
Esta también esa canción que toca mi corazón cuando siento
que te quiero.
Cuando de niño a su longevo cuerpo arrugado, pero sabio
sentido de sabiduría y amor a mi nona le decía...
Me inunda la emoción de sentirte cerca dándome valor (...)
comprendiendo mis debilidades mis extrañas apariencias y mi falta de coraje
para gritar quien soy!. Si solo existe una razón la verdad más verdadera son la
sombra de tu mano sobre mi cabeza (...).
Era un espectáculo ver cómo, como un secreto y ternura
tejías paciente en mi ser tu sabiduría, me enseñaste a caminar de mayor, a
pensar con razón y querer en el mas oscuro secreto de mi habitación. Tanto
hiciste en mí, y te lo debo.
Después de escaparte como en las escondidas, busque esa
sombra que protegía la mía, estresado cansado busqué errante en mucha gente tu
calor. Quizás no tuve valor, o fue necedad mía, si estaba siempre en la mía que
ni siquiera tuve el valor, de abrir mi corazón y dejarte entrar a mi vida.
Ayer me recordé vos, tu imagen se vino a la mía, no tuve que
soñar, ni recordarte para traerte un instante de nuevo a la vida.
Pues te vi de nuevo con vida tirando de un carro, con tu
cuerpo le hacías sombra al creciente sol que mecías.
Con cuanta dedicación el universo nos devuelve el amor, nos
grita con alegría, y sin saberlo en la tormenta, hacemos como que fue un
infeliz día. Y todos los días tienen su fin al acercarse el ocaso, en donde se
confunde tu sombra y la mía, y no llora el día, sin saber que el Milagro espera
a un nuevo día.
Parra Jesús G.

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